Introducción
En el campo de la odontología restauradora, las coronas y las incrustaciones son dos procedimientos clave que se utilizan para reparar y reforzar los dientes dañados. Este artículo detalla sus diferencias, aplicaciones y cuándo es preferible una sobre la otra.
Las coronas y las incrustaciones tienen diferentes indicaciones basadas en la extensión del daño dental. Conocer sus diferencias ayudará a los pacientes a entender porque su odontólogo le ha propuesto un tratamiento u otro. En nuestra clínica dental de Sant Joan Despí exploramos tanto la funcionalidad como la estética de cada opción, proporcionando una guía clara para pacientes y profesionales por igual.
¿Qué es una corona dental?
Una corona dental es una cubierta que se coloca sobre un diente dañado para restaurar su forma, tamaño, fuerza y mejorar su apariencia. Las coronas dentales envuelven completamente el diente por encima de la línea de las encías y son ideales cuando hay poco diente restante.
El proceso de colocación de una corona implica tallar el diente para que la corona se ajuste adecuadamente. Esta se fabrica en un laboratorio a partir de la impresión del diente tallado para que coincida perfectamente con los dientes naturales del paciente.
Las coronas pueden ser de varios materiales, incluyendo cerámica, porcelana fusionada a metal, oro y zirconio. Cada material tiene sus propias ventajas, y la elección dependerá de las necesidades estéticas y funcionales del paciente, así como de la ubicación del diente. En la actualidad el zirconio es el material de elección, debido a sus propiedades estéticas, de biocompatibilidad y elevada resistencia
Se recomiendan especialmente para dientes que han sido debilitados por caries extensas, fracturas, endodoncias o cuando se necesita un puente dental.
¿Qué es una incrustación dental?
Las incrustaciones dentales son restauraciones que se utilizan para reparar dientes posteriores que tienen daños o caries moderados que no requieren una cobertura completa con una corona. Éstas se colocan dentro del espacio dañado del diente.
A diferencia de las coronas, las incrustaciones no cubren el diente completamente, lo que permite conservar más de la estructura dental natural. Generalmente, se fabrican a medida en un laboratorio dental y luego se cementan en el diente durante una visita posterior.
Comparación de coronas e incrustaciones
Mientras que las coronas cubren todo el diente, las incrustaciones solo rellenan la parte dañada, lo que permite una conservación significativa de la estructura del diente natural. Esta diferencia clave afecta no solo la intervención dental requerida sino también el costo y el mantenimiento a largo plazo.
La elección entre una corona y una incrustación a menudo depende de cuánto diente sano queda y la ubicación del diente. Las incrustaciones suelen ser suficientes para reparar dientes que han sufrido daños menos severos, mientras que las coronas son necesarias para dientes más comprometidos.
Además, desde una perspectiva estética, las incrustaciones pueden ser menos visibles y ofrecer una apariencia más natural, ya que requieren menos alteración del diente original.
En términos de durabilidad, las coronas ofrecen una protección más robusta y son adecuadas para dientes que soportan una carga masticatoria significativa, mientras que las incrustaciones son mejores para situaciones donde la estética y la conservación de los dientes son más críticas.
Consideraciones de material y estética
El material utilizado para tanto coronas como incrustaciones varía y puede incluir porcelana, resina compuesta, y zirconio. La selección del material depende de múltiples factores, incluyendo la posición del diente, la necesidad de resistencia, estética y coste.
Actualmente el zirconio se ha convertido en un material muy usado debido a su elevada estética, imitando el color y la textura de los dientes naturales, su gran biocompatibilidad y la elevada resistencia que tiene. Las decisiones sobre materiales deben discutirse con el dentista, considerando las expectativas y necesidades estéticas del paciente.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, la elección entre una corona y una incrustación dental depende de múltiples factores, incluyendo la extensión del daño dental, la ubicación del diente y las necesidades estéticas del paciente. Ambas opciones ofrecen soluciones duraderas y estéticas para restaurar la salud y la función dental.
Si estás considerando alguna de estas opciones, asegúrate de entender las ventajas y limitaciones de cada una para tomar una decisión informada que beneficie tu salud dental a largo plazo. No dudes en contactar con nosotros si tienes dudas acerca de este tratamiento y quieres que te recomendemos la mejor opción en tu caso.